Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él (1 Jn 4,16)
Ficha de Proyecto
En esta sección encontraras los diferentes proyectos diocesanos de      catequesis con orientaciones y materiales para cada catequista 
Catequesis para adultos que a través de un proceso sistemático y vivencial renueven su fe cristiana en nuestras parroquias

 


1. LA IMPORTANCIA DE UNA CATEQUESIS DE ADULTOS DE ESTILO CATECUMENAL

1.1. El momento actual

En nuestras diócesis de tradición cristiana “grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio” (DGC, 58). Según datos que nos ha facilitado la oficina de estadística diocesana, podemos hacer una aproximación a nuestra religiosidad y la evolución que está teniendo en los últimos años. En el tema de la asistencia a la eucaristía se ha realizado un recuento en los años 1982, 1997 y 2005. Los datos obtenidos son éstos:

En 1982 la asistencia global a la eucaristía era de un 48 %
En 1997 la asistencia global a la eucaristía era de un 31 %
En 2005 la asistencia global a la eucaristía era de un 20 %
 
Los datos apenas varían entre Pamplona-Cuenca y el resto de la diócesis.
Si hacemos una aproximación al abanico de edad de los 30 a los 60 años, que es más o menos al que nos dirigimos con este proyecto, podemos observar los siguientes datos:

Entre 30 – 44 años, la asistencia a la eucaristía en 1998 era de un 12%. En la actualidad es de un 8%.
Entre 45 – 60 años, la asistencia a la eucaristía en 1998 era de un 26%. En la actualidad es de un 17%

Esto quiere decir que la gran mayoría de nuestros adultos no participa de la celebración eucarística de la comunidad. Aunque el porcentaje de los que se consideran creyentes es mayor, evidentemente, en las nuevas generaciones la fe está decayendo a ritmos vertiginosos.

En la última encuesta que hizo la fundación Bartolomé de Carranza a los jóvenes navarros “Juventud Navarra 2003”, más del 51% se declaraban agnósticos o ateos, y la asistencia a la eucaristía dominical estaba situada en torno al 6%.

Estos datos nos llevan a concluir que los procesos de iniciación cristiana que han vivido no han sido suficientes para introducirlos en la vida de fe. Debemos de buscar iniciativas para que puedan concluir estos procesos ahora en su vida adulta.

  1.2. La urgente necesidad de instaurar una catequesis de adultos en la parroquia    
Podemos decir que una comunidad parroquial esta sustentada por un núcleo de personas adultas con fe madura que son el apoyo fundamental de casi todas la tareas litúrgicas, catequéticas y caritativas que coordina un párroco. En muchas comunidades parroquiales se plantean el futuro de aquí a 10 años. ¿Qué núcleo de creyentes adultos estarán sustentando todas estas actividades? Las personas de más de 25 años que evangelicemos ahora. Por eso vemos tan urgente y necesario este proyecto de catequesis de adultos. Estamos convencidos de que en esta tarea nos estamos jugando la base de cristianos maduros que sostendrán nuestras comunidades parroquiales dentro de 10 años. Un proceso catequético serio es el que puede hacer posible una cimentación y madurez inicial en la fe y por lo tanto es el medio básico y necesario para todo creyente que inicia la andadura hacia una fe adulta. Llevando a cabo esta Iniciación Cristiana global, esperamos ver nacer unas personas en las que se dé una armonía entre lo que dicen creer y lo que viven. Deseamos poder dar con unos creyentes cristianos que han personalizado su fe, con una síntesis renovada de la misma, cristianos en quienes se ha ido generando una manera nueva de vivir: cercana a los hermanos, que gozan en la oración y la celebración, con una viva adhesión a Jesucristo, con conciencia de pertenencia a la Iglesia, a la que aman, y con impulso apostólico y misionero. Queremos afrontar con ilusión y esperanza este nuevo momento de la catequización de los adultos porque, a pesar de la dureza de la intemperie actual y de las dificultades propiciadas por el impacto de la indiferencia e increencia, seguimos creyendo en las posibilidades misioneras y catequizadoras de nuestras comunidades, asistidas por la fuerza del Espíritu del Resucitado. Queremos aclarar que estamos hablando de un proceso para cristianos adultos bautizados. Los adultos que piden el bautismo tienen que hacer un proceso propiamente bautismal. Para ello deberán dirigirse a la persona responsable en nuestra diócesis de dicho catecumenado bautismal, que ya está instituido en nuestra diócesis.   


2. OBJETIVOS DE ESTE PROYECTO


2.1. Potenciar la creación de grupos de catequesis de adultos que a través de un proceso sistemático y vivencial renueven su fe cristiana en nuestras parroquias.

2.2. Coordinar y apoyar aquellas iniciativas parroquiales y arciprestales destinadas a la formación de grupos de adultos.

2.3. Formar catequistas preparados para acompañar procesos de iniciación cristiana de adultos.

2.4. Procurar los materiales y recursos necesarios que faciliten a las parroquias llevar a cabo este proyecto.

2.5. Posibilitar la integración en la comunidad parroquial de las personas que han realizado el proceso catequético, de forma que puedan ir desarrollando una vivencia adulta de la fe en sus ambientes.
 


3. UN RETO PASTORAL 

El plantear y establecer la catequesis de adultos en las parroquias todos sabemos que supone un nuevo reto pastoral, con sus posibilidades y sus dificultades. Desde la reflexión pastoral detallamos algunas.

 3.1. Posibilidades

En las parroquias donde funcionan bien los grupos de adultos, sería bueno que revisáramos cómo han trabajado y cómo han solucionado sus dificultades, para aprender todos de esa experiencia.
       
Es necesario que haya una campaña amplia y bien organizada como comienzo de este proyecto de catequesis de adultos.
  
Podríamos plantearnos colaborar con las misiones populares renovadas que hacen los paúles, los claretianos… Son equipos especializados que trabajan muy bien.
       
Tenemos que aprovechar temas que interesan a la gente para hacer convocatorias atrayentes que sirvan de  primer anuncio.
       
El despertar religioso y las reuniones de padres de niños de catequesis, son dos actividades pastorales que tenemos que aprovechar para que sirvan de convocatoria inicial.
       
Se podría crear para esto una comisión de manera que hiciera un seguimiento de los compromisos que vayamos adquiriendo.
 
3.2. Dificultades
       
¿Cómo suscitar el interés para la gente que no viene a las convocatorias normales? Todos constatamos la dificultad actual de llegar a la gente en estas convocatorias, cosa que antes no sucedía.
       
 Los catequistas no se atreven a trabajar con adultos. Necesitamos seglares bien formados.
       
 Para empezar el proyecto, la idea es partir de un tema de interés. ¿Tenemos pensados estos temas de interés? 

 
4. UNOS NUEVOS MATERIALES

La Catequesis de Adultos como proceso sistemático de estilo catecumenal existe en nuestra Iglesia Local desde hace más de 20 años. Los años transcurridos han ido produciendo una serie de variantes de mucha entidad, que han obligado a replantear y mejorar dicho proyecto.

Por una parte, la Iglesia ha madurado la teología y la pedagogía de la catequesis. Ahí están, como cristalización de este trabajo los diferentes documentos que se han publicado en estos años: “Catequesis de adultos. Orientaciones pastorales” (Madrid 1991) de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia  Episcopal Española; el “Catecismo de la Iglesia Católica” (Vaticano, Congregación para el Clero 1992), el “Directorio General para la Catequesis” (Vaticano, Congregación del Clero 1997)... Estos y otros documentos aportan nueva luz, tanto a nuestros postulados catequéticos como a los contenidos y a la metodología pedagógica de la catequesis de adultos.
       
Por otra parte, se han venido produciendo de forma acelerada en los últimos años una serie de cambios sociales, culturales y religiosos y ha variado sensiblemente la situación sociorreligiosa de nuestras comunidades cristianas.

Desde esta realidad y desde el propio análisis y evaluación de la experiencia de estos años, nace el nuevo proceso "Catequesis de Adultos de Inspiración Catecumenal". Además del nuevo y mejorado formato, éstas son sus novedades más específicas:

- Una programación temática diferente

- Destinatarios: en este momento actual es necesario acoger como destinatarios no sólo a los cristianos cercanos, sino también a cristianos más alejados y pasivos.

- Una pedagogía más activa que impulsa la praxis y la iniciación en las diferentes dimensiones de la catequesis: conocimiento, liturgia y oración, moral, vida eclesial y misión. 
 
4.1. ¿Qué aspectos desea acentuar el Nuevo Proceso?

Pretende ser un proceso en clave misionera y catecumenal, tratando de atender y responder a la nueva situación de la catequesis en el contexto de indiferencia religiosa e increencia de nuestra sociedad y en el marco de evangelización que nos reta.

En nuestra diócesis de tradición cristiana “grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio” (DGC, 58).

Ante tal situación, el proceso subraya el anuncio kerigmático, esto es, el “contenido esencial” del Evangelio: el acontecimiento de Cristo Crucificado y Resucitado, núcleo central y cumbre de la Historia de la Salvación, para llamar a los catequizandos a la conversión inicial a él, a la adhesión básica a su Persona.

El proceso no da por supuesta la fe de las personas. Consideramos que es preciso empezar siempre por la acción misionera. En efecto, muchos de los adultos que vienen hoy, hasta cierto grado “interesados” por crecer en la fe, están afectados de indiferencia religiosa en dosis más o menos importantes.

Por otra parte, aunque no se trata de un proceso propiamente catecumenal de cara al Bautismo, quiere ser de inspiración catecumenal, ya que afirmamos con el Nuevo Directorio General para la Catequesis que el Catecumenado bautismal es el inspirador de la catequesis de la Iglesia: “La catequesis posbautismal, sin tener que reproducir miméticamente la configuración del catecumenado bautismal, y reconociendo el carácter de bautizados que tienen los catequizandos, hará bien en inspirarse en esta “escuela preparatoria de la vida cristiana”, dejándose fecundar por sus principales elementos configuradores” (DGC, 90).
  
4.2. Visión de conjunto del Nuevo Proceso

Desde estas claves que acentúan la dimensión misionera y catecumenal, intentamos poner en marcha una catequesis de adultos que suscita la fe (evangelización “misionera”), la fundamenta (evangelización “catequética”) y la hace desembocar en grupos y comunidades de fe (evangelización “pastoral”), integradas y en comunión con la parroquia, con una comunidad más amplia... y con la diócesis.

El proceso pretende propiciar la vinculación, la comunión con la Persona de Jesucristo, fundamentar y hacer madurar esa primera adhesión al Señor y, que esa comunión con Jesucristo impulse, a su vez, a los discípulos a unirse con Dios Padre, con el Espíritu, con la Iglesia y con los hombres.

Para posibilitar ese objetivo general que acabamos de señalar, el proceso comprende tres etapas, la precatequética, la catequética y la mistagógica, con sus objetivos correspondientes.

La precatequesis o etapa precatequética tiene como objetivo dar una primera e inicial adhesión personal a Jesucristo. Está orientada a personas en cierta medida alejadas de la fe, pero que se hacen preguntas sobre ella y quieren dar pasos para reencontrarse con la vivencia de la fe.

La etapa catequética ha de propiciar la consecución de sus objetivos correspondientes:

- Encontrarse gozosamente con Cristo crucificado y resucitado por nosotros y acoger la Buena Noticia de su mensaje liberador.
- Interiorizar las actitudes de Jesús: dejarse transformar en la manera de ver y en las actitudes creyentes respecto de Dios, de las personas y de los acontecimientos normales y extraordinarios.
-  Experimentar el gozo de vivir como miembros de la Iglesia e identificarse con ésta como seguidores de Jesús, viviendo las actitudes que él vivió.
- Entrenarse y acostumbrarse a orar y celebrar con la vivencia de fe propia de los creyentes en Jesús.
- Comprometerse en la transformación de la sociedad con una actitud misionera de anuncio explícito de Cristo como Salvador y Liberador.
-  Alcanzar un conocimiento básico y orgánico de la fe cristiana y saber “dar razón de ella”.

La etapa mistagógica, más directamente espiritual, comunitaria y vocacional, está dirigida a personas creyentes y practicantes, necesitadas o interesadas en vivenciar o interiorizar los sacramentos, tanto en su contenido cristiano como en su celebración. Su cometido es la reafirmación en los sacramentos iniciatorios celebrados, en la vivencia comunitaria y en la vocación cristiana, encarnada en los compromisos dentro de la comunidad y en la realidad social.

El proceso termina con la celebración final que, desde la clave de la reafirmación de la fe en la comunidad cristiana, culmina el ciclo de la (re)iniciación cristiana en el seno de la comunidad de los cristianos adultos.

 
5. OTROS POSIBLES DESTINATARIOS DE ESTE PROYECTO DE ESTILO CATECUMENAL

5.1. Hay adultos ya bautizados que nos piden la celebración del sacramento de la confirmación; en muchos casos por la próxima celebración de su boda. Normalmente disponemos de un tiempo escaso para trabajar con ellos todo el proceso catecumenal.

En otros casos, los adultos piden la confirmación con ocasión de la celebración de algún sacramento de los propios hijos.

Para ello se ha pensado en un itinerario de 13 reuniones con unos materiales convenientemente seleccionados y dosificados que abarcan las tres etapas.  Dicho itinerario está explicado en las páginas 74-76 del libro “Claves del proyecto”. Aunque no es el ideal, creemos que es una oportunidad pastoral que no hay que dejar sin respuesta adecuada.

5.2. También podemos encontrarnos con Personas creyentes que quieren profundizar en su fe, necesitadas o interesadas en vivenciar e interiorizar toda la vida sacramental, tanto en su contenido cristiano como en su celebración. A las personas que se hallan en este nivel se les invita a profundizar, con detenimiento, en las catequesis mistagógicas sobre los sacramentos, utilizando el libro de la tercera etapa del proceso “Los sacramentos de la vida”.

Del mismo modo podemos utilizar las diversas partes de que consta este proyecto para profundizar en aspectos determinados de la fe, como la vida moral, la vida eclesial, etc.

 
6. LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA CONVOCATORIA

Somos conscientes de que el éxito de este proyecto se basa en que a través de una buena convocatoria consigamos animar la creación de grupos de adultos que inicien este proceso catequético.

De nada serviría tener preparado un proceso de varios años si no conseguimos que surjan grupos nuevos dispuestos a realizarlo.

Todos tenemos experiencias de las muchas dificultades que se suelen plantear a la hora de convocar grupos de este tipo. No es ahora tiempo de numerarlas. Ante estas dificultades necesitamos una dosis grande de esperanza, de imaginación y de trabajo en equipopara conseguir algunos resultados positivos.
 
OBSERVACIONES GENERALES

Hay que insistir en la importancia de implicar en la convocatoria a los agentes de pastoral familiar. Conseguir que un matrimonio o dos hagan todo esto, para que la llamada sea más cercana y, además, no recaiga todo el trabajo en los curas.
 
A las personas que responden con más interés en las reuniones habituales, hacer una convocatoria más personalizada para animarles a estos grupos.  Nunca hemos de olvidar que la mejor convocatoria es siempre el contacto personal, el tú a tú.
 
Hacen falta animadores de grupos de adultos. Esta es una tarea a la que deberá responder de forma específica la Delegación de catequesis.
 
En muchos sitios las convocatorias deberán tener un carácter arciprestal o supraparroquial, ante la imposibilidad de que se creen grupos en una sola parroquia. Este tema lo deberemos trabajar y articular tanto en los talleres de pastoral como en las reuniones de arciprestazgo, porque es un nivel de trabajo al que no estamos acostumbrados y que tenemos que ir iniciando, teniendo en cuenta todas las dificultades y posibilidades que este nuevo reto pastoral nos plantea.
 
En todo momento los párrocos y los agentes de pastoral deberíamos tener información de algún grupo concreto de catequesis de adultos de la parroquia o del arciprestazgo que se está formando, para tener una referencia rápida y válida donde sepamos que podemos integrar a cualquier persona que lo solicite.
 
A continuación sugerimos algunas vías de convocatoria posibles en nuestras parroquias y arciprestazgos.

Como siempre, se trata de que trabajemos y vayamos abriendo nuevos caminos...
 
6.1.  Vías de convocatoria ordinarias para formar grupos de catequesis de adultos

6.1.1.   Convocatoria anual en la parroquia
Es necesario que haya una convocatoria institucionalizada todos los años para la catequesis de adultos, al igual que existe una convocatoria para los demás niveles de catequesis. El establecer las cosas a principio de curso tiene su importancia.

6.1.2.   Las catequesis bautismales
En la segunda catequesis se habla de la importancia de la educación cristiana de los hijos y del compromiso que asumen los padres en esta tarea. Se insiste en la importancia de los primeros años. Es el momento adecuado para invitarles a renovar su fe integrándose en un grupo de catequesis de adultos.
También se puede hacer esta invitación al finalizar estas catequesis bautismales.
El bautizo de los hijos de parejas que no están casadas es una oportunidad para insistir a los interesados en la renovación de su vida de fe y anunciarles estos grupos de catequesis de adultos.

6.1.3.   Las catequesis del proyecto despertar religioso
Durante estas catequesis se interroga constantemente a los padres sobre su situación de fe y se les plantea la necesidad del testimonio ante sus hijos. Se pueden aprovechar estos momentos para invitarles a que renueven su vida cristiana en un grupo de catequesis de adultos.

6.1.4.   Las reuniones con padres de niños de catequesis
Trabajar en los dos años anteriores a la primera comunión las reuniones con padres para que tengan un carácter de proceso precatequético que sirva de inicio de un posterior grupo de catequesis de adultos. Elaborar para ello un itinerario de reuniones muy bien preparadas y con carácter sistemático.
 
Plantear esta iniciativa como proyecto diocesano e insistir a los padres en la importancia de la asistencia a estas reuniones cuando piden la comunión de sus hijos, exigiendo un compromiso serio de asistencia. Plantear incluso la posibilidad de que sean obligatorias.
 
Para las reuniones posteriores con padres de niños de la catequesis continuada, solicitar a la Delegación de catequesis unos temas que continúen el proceso que se pretende haber iniciado anteriormente.

6.1.5.   Otras convocatorias
Cuando un grupo comienza su andadura, tenemos que animarles a que inviten a alguna persona cercana a integrarse al grupo. La mejor propaganda siempre es el boca a boca.
 
Invitar a distintas personas implicadas en la parroquia: consejo parroquial, grupo de catequistas, cáritas, asociaciones de padres de alumnos de colegios cristianos, miembros de algunas casas regionales, hermandades, cofradías, etc... cuyo testimonio mejoraría con esta formación de inspiración catecumenal.
 
También a creyentes practicantes de quienes nos consta su preocupación -y hasta su deseo expreso- por llevar una vida más conforme al Evangelio, vivida en clima de grupo y abierta a los demás.
 
6.2.  Vías de convocatoria extraordinarias para formar grupos de catequesis de adultos

6.2.1.   Convocatorias de estilo precatecumenal
Que la Delegación de catequesis organice catequesis de preparación a la confirmación para novios que lo soliciten. Se podrían formar grupos a los que invitar posteriormente a un catecumenado de adultos.
 
Lograr en la parroquia algún voluntariado con gente adulta para trabajar distintos servicios y poder así contactar con ellos e invitarles a los grupos de catequesis de adultos.
 
Organizar en cuaresma unos ejercicios espirituales entre varias parroquias en vez de charlas cuaresmales. Aprovechar al final para proponer los grupos de catequesis de adultos.
 
Convocar a las parejas casadas en la parroquia el año anterior para hacer reuniones de pastoral familiar, ofreciendo la catequesis de adultos.

Organizar charlas o conferencias sobre temas puntuales:

-Hay muchos temas de moral que en muchas familias se viven de forma problemática.
 
-Un ponente especializado que dé la charla y al final realizar un planteamiento que una el tema con la fe. Desde esta realidad hacer la propuesta a grupos de catecumenado de adultos.
 
Coordinarse con grupos y movimientos diocesanos que realizan actividades de estilo kerigmático o de primer anuncio, así como retiros (Cursillos de Cristiandad, ejercicios espirituales, etc)
 
Aprovechar alguna peregrinación parroquial o diocesana para invitarles posteriormente a grupos de catequesis de adultos.

6.2.2.   Convocatoria diocesana a través de medios de comunicación
Una carta pastoral de Don Francisco.            
 
Habría que utilizar todos los medios diocesanos disponibles, la Verdad, Televisión Popular, la hoja diocesana del Diario de Navarra, las jornadas del pueblo de Dios, etc. para hacer una campaña de lanzamiento amplia.

En relación a las Jornadas del Pueblo de Dios del próximo curso se sugiere la posibilidad de darles un estilo kerigmático, con ponentes que puedan despertar el interés de la gente por iniciar el proyecto de catequesis de adultos.
  

7. UN GRUPO DE TRABAJO PERMANENTE

Desde la Diócesis vemos la importancia de esta pastoral, y por eso se va a constituir un grupo de trabajo permanente, dependiente de la Delegación de Catequesis, para promover y coordinar todas las acciones necesarias que lleven a buen término todo este proyecto de catequesis de adultos.
948 292 402 – 687 406 061
catequesis@iglesianavarra.org
Baja Navarra 64 Seminario Diocesano
31006 PAMPLONA
Arzobispado de
Pamplona y Tudela


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